Uno de los aspectos más negativos que he percibido del sistema educativo tradicional se refiere a la mal denominada Comunicación de resultados, la cual ha sido manifiesta mediante Boletas de Calificación. Abyectas, pues carecieron de contexto y progreso, siempre fueron motivo de calificativos desagradables y gozaron de mi completo rechazo. Lo anterior en tanto su formato (ojo el peso que puede tener la forma) en realidad no le permitía al docente evaluar el conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes que se demostraron en un periodo determinado de tiempo. Tampoco ofrecieron luz acerca de los contenidos que requerían atención, pues sencillamente y basado en criterios puramente economicistas para el docente, ignoraban la construcción social del conocimiento en pos de una integración ridícula de rúbricas. Ridícula? Sí, en tanto ahora comprendemos que un elemento tan importante (y a la vez invisible) como la condición administrativa no facilitó y no innovó en recursos que demostraran un valr agregado a la práctica docente y a la evaluación. La economicidad de recursos en el ámbito evaluativo es determinante para la práctica docente, pues los métodos evaluativos determinan los procesos de enseñanza y aprendizaje. Por ende, la diversidad curricular, es decir, lo que determina la oferta académica de una institución a otra se encuentra en síntesis sujeta a la propuesta evaluativa. Debiéramos revisar en detalle la propuesta evaluativa, a la par de la metodología de enseñanza y aprendizaje, a la hora de escoger la institución donde estudian nuestros hijos e hijas.
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